El depreciado voto de un afiliado
La cifra de afiliados de los partidos políticos es como la nómina de miembros de un viejo club de caballeros del siglo XIX en el que hay más socios en los retratos de la galería que sentados en el salón principal. Una muestra de la salud organizativa que algún partido, con motivo de la elección de cargos orgánicos o la designación de candidatos, trata de tasar actualizando sus censos de afiliados, reduciendo drásticamente ese capital social y político que, en países como España, no han tenido (casi) ninguna importancia.