Turno para la campaña del bipartidismo



Acabados los multidebates pudiera parecer que la campaña de Ciudadanos y Podemos ha finalizado. Sin la atención mediática que este tipo de actos electorales proporcionan, y salvo alguna sorpresa de última hora, el ritmo de la campaña se vuelve más anodino a la espera del repunte de fin de fiesta. No obstante, siempre hay quien se empeña en mantener en primera línea a los partidos emergentes, aunque se olviden de otros que tienen representación parlamentaria. Un empeño casi hercúleo arrebatar titulares a PP y PSOE el día grande del bipartidismo.

Tras el empleo de distintas fórmulas más o menos plurales, Iglesias-Rivera, los tres, los tres contra Soraya, los de siempre más los excluidos… el último debate electoral entre el candidato del Partido Popular y el Partido Socialista nos conduce, inevitablemente, a un evidente protagonismo del bipartidismo. Pero en realidad va mucho más allá de la autoprotección que los dos grandes partidos puedan proporcionarse en un formato cerrado y controlado. Desde el punto de vista de la comunicación política y la estrategia electoral, populares y socialistas han conseguido alargar (su) la campaña situándose como los protagonistas, al menos, hasta el martes o miércoles (habrá que ver hasta dónde llega el postdebate y la capacidad del resto de partidos de no perder pie).

Control de la agenda e iniciativa que algunos partidos realizan con más eficacia que otros y que en esta ocasión es la actualidad, por sí misma, la que pone encima de la mesa de PP y PSOE la parrilla de los medios. Ante esto, C’s y Podemos (y el resto de fuerzas políticas) deberán realizar una enorme esfuerzo para no perder la necesaria visibilidad a la que obliga cualquier campaña. Todo un ejercicio de creatividad en el que algunos cuenta con la ayuda de medios que han dejado de publicar o difundir información para entregarse a los publireportajes. Claro que si te quedas fuera del circuito mediático siempre puedes recurrir a las redes sociales y al community manager de IU... mucho más digno que las caretas de Herzog

El debate supone una oportunidad para PP y PSOE de trabajar la lealtad de sus electorados y convencer a ese nutrido grupo de indecisos que las encuestas se empeñan en situar en el centro de la subasta electoral. Todo ello en unas elecciones en las que la campaña se configura como la más determinante desde 2004 (con sus peculiaridades) y/o 1993 (con la famosa remontada de Felipe González). Quizás por ello resulta tan interesante este debate y, posiblemente, tan decepcionante si finalmente no va más allá de un encuentro de dos viejos conocidos que se necesitan para sobrevivir. Y es que una «drôle de guerre» puede tener consecuencias terribles para ambos partidos.

Hoy, lunes 14 de diciembre, aunque algo tarde, empieza oficialmente la campaña electoral del bipartidismo y el resultado del debate, lo que suceda, determinará la viabilidad del último intento de salvar (en la medida de lo posible) el viejo (y ya casi fallecido) sistema de partidos o, por el contrario, la muerte en acto de servicio de alguno de los candidatos, cuando no el harakiri de ambos. La solución llegará en pocos días.


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