| 0 comentario(s)

Neuropolítica y Big Data



Predecir el pasado, empeño de un ejército de politólogos que intentan, de este modo, encontrar algún sentido al fallido arbitrio que algunos llaman comportamiento político. Una tarea nada sencilla en la que, sin embargo, se ha alcanzado resultados significativos en la estimación del resultado futuro. Principalmente, por la mejora de unas técnicas demoscópicas que permiten adivinar en el horizonte la Magic Town imaginada por Gallup.

La emancipación de los electores, un logro renacentista que (al menos en parte) los liberó de los planteamientos clásicos que circunscribían su comportamiento a su pertenencia a un grupo o la identificación ideológica… Un universo lleno de autómatas en el que solo el voto racional (además de otros factores como la caída de la identificación partidista, la irrupción del consumismo político, etc.), y pese a la fuerte presencia del marketing en todo lo que tiene que ver con la política, permitió situar al ciudadano como el centro político sobre el que todo gravita. Pero… ¿si los electores no fuesen realmente libres? ¿Si fuera tan fácil condicionar su comportamiento como cruzar adecuadamente una serie de variables en una gran base de datos? ¿Si su posición política quedará determinada en la semana de gestación en la que el feto comienza a desarrollar su cerebro? Sin duda, una de las grandes aportaciones que la neurociencia y las aplicaciones del big data pueden ofrecer a la ciencia política, si es que permiten su supervivencia, además de su empleo para explicar o estimar el comportamiento, sino su capacidad para producirlo.

Leer más: Beerderberg nº 6
| 0 comentario(s)

Call for papers


I CONGRESO INTERNACIONAL COMUNICACIÓN Y PENSAMIENTO

Simposio: 

«¿El regreso de Prometeo?: algoritmos y big data desvelan el misterio 
de la comunicación política»

Abstract

Big data, inteligencia artificial, neuropolítica, redes sociales, crowdfunding, long tail, small data… una serie de herramientas, aplicaciones y conceptos que son empleados con frecuencia en el campo de la comunicación política y que suponen, por sí mismos, una innovación en el proceso político. Una serie de elementos cuya aplicación, con otros que ya operaban, ha permitido la incorporación de los ciudadanos a este espacio sin necesidad de intermediarios, permitiendo la aparición de un nuevo paradigma: la democratización de la comunicación política. La volatilidad, la producción e intercambio de información, la creación de nodos, interacciones entre los distintos actores políticos, etc. son las notas características de este nuevo marco de referencia que aparentemente han convertido en impredecible el escenario político. Sin embargo, las aplicaciones de big data, el neuromarketing o los nuevos desarrollos mobile ofrecen, entre sus múltiples servicios, la capacidad, o al menos la posibilidad, de explicar, estimar e inducir el comportamiento de los ciudadanos.

Este simposio se convoca con el propósito de presentar y analizar las nuevas dinámicas y herramientas que caracterizan la comunicación política y las campañas electorales en un intento de medir su impacto en la comunicación institucional, el rendimiento electoral, la calidad del proceso democrático...;

Deadline: 18 de diciembre

Normas para el envío de ponencias: http://comunicacionypensamiento.org/normativa.html
| 0 comentario(s)

El triunfo de las neuronas espejo



Un mono coge un objeto, otro hace lo mismo, luego otro… una serie de repeticiones o imitaciones que fueron estudiadas en la década de 1990 por el neurocientífico Giacomo Rizzolatti quien descubrió, junto con su equipo, la existencia (en la corteza motora) de las neuronas espejo. Unas células del cerebro que en los primates se activaban cada vez que observaban e imitaban el comportamiento de otros monos o de sus cuidadores. Todo un hallazgo en los animales que debía ser probado en los seres humanos. Una investigación arriesgada en la que la neurociencia ha trabajado desde entonces y en la que ha conseguido importantes avances, algunos también en la comunicación política (o eso nos gusta creer).