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Bernbach y Daisy, emocionar para persuadir



William Bernbach, la "B" de la agencia DDB (con Ned Doyle y Max Dane), fue, junto a Rosser Reeves, uno de los padres de la publicidad moderna. Los hombres de Madison Avenue dominaban el negocio de la publicidad gracias a la sofisticación que habían alcanzado con la incorporación de diversas técnicas, lo que hacía de ella una actividad más propia de una factoría que de un ejercicio creativo. Pese a ello, Bernbach confió su suerte en un cambio de modelo, evolucionando el modo de hacer publicidad basando todo su trabajo en una sencilla premisa: nada mejor que la emoción para persuadir al consumidor. Mensajes inteligentes, con sentido del humor si el producto lo permitía, que atacasen los sentimientos del cliente… la publicidad no podía ser un acto mecánico sino el fruto de un proceso creativo en el que cada producto debía inspirar una campaña única... I warn you against believing that advertising is a science