Britain's War Propaganda Bureau
Alemania ya había dispuesto un aparato propagandístico institucional para servir a los intereses del Káiser Guillermo II cuando David Lloyd George, todavía Ministro de Hacienda*, además de aprobar las medidas necesarias para proveer los suficientes recursos para afrontar el escenario bélico, creó el War Propaganda Bureau (con sede en Wellington House). Consciente de la necesidad de combatir en el campo de la persuasión, el gobierno británico dispuso todos los medios necesarios para este propósito, nombrando Charles Masterman, escritor y diputado liberal, jefe del WPB.
En septiembre de 1914 Masterman convocó a los principales autores literarios británicos en Wellington House para trazar una estrategia que permitiese cumplir con los principales objetivos que le habían sido encargados. William Archer, Arthur Conan Doyle, HG Wells, Thomas Hardy o Arnold Bennett fueron algunos de los asistentes. Por delante un doble reto: influir en la opinión púbica británica para que se movilizase a favor del conflicto (especialmente en lo que tiene que ver con el alistamiento y la financiación a través de bonos de guerra) y, en segundo lugar, influir en la opinión pública internacional para implicar a Estados Unidos en el conflicto (algo que consideraban fundamental para la resolución de la guerra). Con esta intención estos autores, cuya participación se mantuvo secreta hasta bien entrada la década de 1930, decidieron escribir pasquines, libros y todo tipo de noticias que colarían en los más importantes diarios para promover la postura oficial del gobierno.
Para tal efecto se contó con las principales editoriales británicas, incluida las excelentes Hodder & Stoughton u Oxford University Press, que se encargaron de la publicación de diversos folletos en los que se informaba a la población de la delicada situación que se vivía en Europa al tiempo en el que se enumeraban los numerosos agravios que los alemanes habían cometido a lo largo de la historia contra sus intereses nacionales. Todas estas publicaciones se acompañaban de una prolífica cartelería que ayudaba a fijar los principales estereotipos que hacían ‘compresible’ a los ciudadanos los mensajes que las autoridades enviaban. Entre los más destacados folletos ‘motivacionales’ se encuentran: To Arms!, de Arthur Conan Doyle; The Barbarism of Berlin, de GK Chesterton o Liberty!: A Statement of the British Case, de Arnold Bennett.
La invasión alemana de Bélgica supuso un punto de inflexión en la producción de propaganda. La rápida acción alemana fue narrada por los aliados como una de las más cruentas batallas que se habían producido hasta ese momento en la historia continental. Si bien es cierto que el ejército alemán tenía permiso del alto mando para actuar con total libertad en sus conquistas, la propaganda aliada exageró intencionadamente la actuación de los soldados germanos para mostrar al mundo el peligro del Ogro. Alemanes violando mujeres, asesinando niños, crímenes masivos contra civiles… todo tipo de imágenes y relatos dentro de una de las grandes apuestas británica: la atrocity propaganda. Dentro de esta modalidad destaca el caso de Edith Cavell, una enfermera británica de la Cruz Roja que desempeñaba su labor en Bélgica. Tras la invasión germana recibió la orden de desalojar el hospital en el que trabajada de todos aquellos enfermos que pudieran ser considerados sospechosos (enemigos). Ante tal orden la enfermera Cavell ayudó a huir a varios de ellos. Cuando los alemanes fueron informados la detuvieron y condenaron a muerte, cumpliendo su pena el 7 de septiembre de 1915. Historia que el WPB empleó para mostrar la atrocidad del ejército alemán, que no había sido capaz de respetar la vida de una enfermera de la Cruz Roja. La imagen que abre la entrada forma parte de la campaña propagandística que se empleó para favorecer el alistamiento y el apoyo al conflicto, no solo en Europa, sino también en Estados Unidos, donde la historia se deformó tanto que perdió todo sentido de realidad**.
Un momento delicado para el War Propaganda Bureau (y el curso de la guerra) se produjo en 1917, cuando el ejército francés colapsó y el ruso regresó a su Revolución. Para los británicos la única opción viable de ganar la guerra pasaba por la incorporación a su bando del ejército estadounidense. La British War Mision, que se encontraba bajo el mando de Lord Northcliffe (aunque la parte operativa quedaba a cargo del canadiense Gilbert Parker), intensificó en EEUU el envío de sus informaciones favorables a la intervención estadounidense y las advertencias sobre el enemigo alemán, principalmente a través de una Mailing list con personajes famosos y relevantes que introducían en los hogares los principales puntos de vista de los aliados europeos.
Masterman era consciente de la importancia que para su misión tenía la censura institucional, que el único revelado de la guerra fuese el suyo. Solo de este modo, con un único discurso, sería capaz de mantener suficientemente estimulados a los ciudadanos británicos, y por extensión a los americanos, pues contaban con una importante ventaja, controlaban los cables transatlánticos, es decir, controlaban las noticias que llegaban desde el continente europeo al americano. De lo que sucedía en el frente poca información llegaba. Todas las comunicaciones de los soldados y sus familias estaban controladas por un eficaz sistema de filtrado que dispuso la Post Office y que fue comendado en este blog. La prensa no tenía acceso libre y solo dos fotógrafos fueron autorizados a trabajar en el frente occidental. El resto de imágenes llegaría de la mano del ilustrador Muirhead Bone. Posteriormente al ascenso de Lloyd George al cargo de Primer Ministro, John Buchan, asesorado por Robert Donald, quedó al mando del recién creado Department of Information (Ministry of Information a partir de 1918 y del que se ocuparía Lord Beaverbrook), que debía coordinar toda la actividad propagandística, incluida las labores de censura.
El War Propaganda Bureau sistematizó su actividad propagandística con gran efectividad, no solo alcanzó las principales metas que había fijado el gobierno británico sino que además se ocupó de transferir un modelo de sociedad: ciudadanos reactivos a los estímulos institucionales que cumplieron con las obligaciones que su patria demandaba. Gracias a férreo sistema de censura la oposición a sus actividades fue escasa y únicamente se produjo una revisión de sus actividades décadas después.
El War Propaganda Bureau sistematizó su actividad propagandística con gran efectividad, no solo alcanzó las principales metas que había fijado el gobierno británico sino que además se ocupó de transferir un modelo de sociedad: ciudadanos reactivos a los estímulos institucionales que cumplieron con las obligaciones que su patria demandaba. Gracias a férreo sistema de censura la oposición a sus actividades fue escasa y únicamente se produjo una revisión de sus actividades décadas después.
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* Herbert Henry Asquith, Primer Ministerio, presentó su dimisión en diciembre de 1916, momento en el que David Lloyd George se ocupó de un gobierno de coalición de liberales y conservadores.
** La American Journal of Nursing publicó una versión en la que Cavell se negó a vendarse los ojos en un gesto de heroica resistencia ante el pelotón alemán que iba a fusilarla. Sin embargo, no aguantó la presión y se desmayó, siendo disparada a quemarropa por un oficial alemán mientras permanecía en el suelo. Versión que inspiró el cartel que abre esta entrada y cuya falsedad fue puesta de manifiesto en investigaciones posteriores. No obstante, la importancia de esta mujer como símbolo de la resistencia aliada ante la atrocidad alemana fue notable, recibiendo después de la guerra todos los honores, incluido un funeral en la Abadía de Westminster y distintos monumentos en París, Londres o Bruselas.
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