La vida privada de los políticos
Contaba Schwartzenberg en su libro “El show político”, allá por el año 1977, que la vida de los políticos era, y debía ser, de dominio público (en lo que el público deseaba ver). En todos y cada uno de sus aspectos que pudieran resultar de interés. Y es por ello por lo que todo debía estar dispuesto para formar parte del engranaje del gran espectáculo en el que se había convertido la política. Algo que había apuntado Edward L. Bernays, quien recomendaba en su libro “Propaganda”, de 1928, conductas ejemplares en la vida público-privada.